La novela histórica como construcción de identidad entre los pueblos Eslavos del Sur 1c 2023
A lo largo del siglo XX, existen muchas obras que pueden clasificarse dentro de la categoría de novela histórica. Dichos textos permiten una lectura social y política de los contextos en que eran producidos. De esta manera, la lectura de un recorte de obras va a permitirnos trazar los vínculos entre historia, literatura y su representación en novelas.
La propuesta crítica del seminario es una lectura de base marxista del género conocido como novela histórica. Como ya es sabido, el punto de nacimiento de la novela histórica –desde la visión más moderna– es Inglaterra, donde se dio la evolución del género. Desde Walter Scott y su Waverley (1814), hasta sus influencias en otras obras de ese siglo como Los novios(1827), de Alessandro Manzoni, así como las obras posteriores de Honoré de Balzac y Aleksandr Pushkin, la novela histórica se configura como una plasmación histórica, como una respuesta desde el pasado para remarcar aspectos del presente. El romanticismo fue el movimiento principal para que esto pueda darse, y un peso más que importante para eso es el de nación y nacionalismo. Por lo tanto, la lectura de G. Lúkacs, R. Ingarden y G. Thomson, por dar sólo algunos nombres, va a permitir reflexionar y aplicar un pensamiento marxista al afianzamiento del género. También hay otro punto importante a tener en cuenta, el de responder acerca de qué es un género literario. Para poder esbozar una primera respuesta, se va a proponer autores clásicos sobre la cuestión genética como G. Genette, J. M. Schaeffer, P. Lejeune, etc.
Comprender la novela histórica del siglo XIX va a dar pie a repensar su utilización en el siglo XX. Ahí se van a abordar tres autores Eslavos del Sur para poder trazar este puente: V. Bartol, I. Andrić y V. Bajac. Lo que se trata en la novela histórica es de demostrar con medios poéticos la existencia, el "ser así" de las circunstancias históricas y sus personajes, nos dice Lúkacs, lo que dispara hacia el concepto que busca dilucidarse y definirse con la lectura propuesta: la identidad. El ser así, la identidad que se forja en el cruce de naciones, de religiones, en el matiz heterodoxo propio de los Balcanes en general, y de los pueblos Eslavos del Sur, en particular.
Bajo el eco de una pregunta, que se retoma desde G. Lukács ¿La novela histórica es un género aparte con sus propias leyes artísticas o si en principio no se distingue de la novela en cuanto a las leyes generales que la rigen sólo se puede dilucidar en conexión con la actitud general ante los decisivos problemas políticos o ideológicos?, se va a profundizar en la lectura de tres novelas publicadas entre fines de la década del ‘30 (Alamut, de V. Bartol), mediados de los ’40 (Un puente sobre el Drina, de I. Andrić) y otra en la primera década del siglo XXI (Hammam Balkania, de V. Bajac).